Haber comenzado a fotografiarme sin pensar, me empujo a mirar cosas que no quería ver. Objetos, muebles, manchas, fotos, insectos, luces y sombras de tres generaciones que ahora me empujan a concluir en algo.
No pienso en el virus, pienso en mí, y por primera vez quiero, sinceramente, encontrarme.